viernes, 21 de octubre de 2011

LOS BARRILETES GIGANTES


DE NUESTRA REDACCION. Son famosos los “barriletes gigantes” de Sacatepéquez. En Todos Santos Cuchumatán, población ubicada a unos 300 km de Guatemala, la capital, sus habitantes celebran el Día de Muertos con música de marimba y quema de cohetones dentro del camposanto. Ellos están seguros de que los muertos participan en el festejo, el cual sigue hasta bien entrada la noche. Donde se vuela barrilete se cree que éste porta mensajes que llegan a los dioses y a la vez es el medio en el cual las almas bajan a nuestro mundo.

En muchos lugares de Guatemala, la fiesta común se vuelve individual cuando cada grupo de deudos se acerca a las tumbas de sus familiares para interpretar aquellas canciones que fueron preferidas por el difunto. Santiago Sacatepéquez es una población situada al este de la capital. Para celebrar el Día de Muertos sus habitantes fabrican barriletes, enormes cometas de papel de china y varillas de bambú que miden hasta seis metros de alto por tres de ancho.

Los días 1 y 2 de noviembre cada familia lleva al campo su propio barrilete y lo hace ondear en el cielo. Es la forma de llamar a los muertos, quienes según el color del cometa identificarán a sus parientes y lograrán unirse a éstos gracias al hilo que sirve como conductor. Cuando el ritual termina, los barriletes son quemados para que los muertos retornen tranquilos a la morada que ahora ocupan. Se cree que si los cometas no se queman, las almas ignorarían que ha llegado la hora de partir, y se quedarían en la tierra, provocando daños en sus deudos, cosechas y animales. Chiantla es otro pueblo que celebra el Día de Muertos de manera peculiar. Cada 1 de noviembre se organizan carreras de caballos, que van del pueblo al panteón, en una especie de competencia entre los vivos y sus antepasados. Los jinetes aseguran sentir la presencia de los muertos cabalgando junto a ellos.

Estas celebraciones han tenido variantes con el tiempo, sobre todo en las cabeceras departamentales que han ido convirtiéndose en grandes urbes y en la ciudad de Guatemala. En ésta “Antes era diferente”, nos dicen los abuelitos cuando recuerdan cómo se celebra el Día de los Santos y de Difuntos en la ciudad de Guatemala hace casi cien años. “Íbamos primero al cementerio a ver a los muertos. Por la tarde nos reuníamos con la familia a comer fiambre que hacía nuestra abuelita. Y más en la tarde se acostumbraba ir al Teatro Capitol o al Palace a ver “Don Juan Tenorio”.

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