martes, 27 de agosto de 2013

LA BANDERA



DE NUESTRA REDACCION. La bandera de Guatemala fue creada por el Decreto ejecutivo del 17 de agosto de 1871, siendo Presidente de la República el general Miguel García Granados. Posee dos colores: el azul cielo y el blanco. La franja vertical blanca entre las dos celestes representa el hecho de que el país se encuentra entre el océano Pacífico al Oeste y el mar Caribe al Este. En su centro aparece el Escudo Nacional. El color blanco también representa la pureza, la integridad, la fe, la obediencia, la firmeza, la vigilancia, la paz y la nación. El color azul simboliza la justicia, la lealtad, la dulzura, la fortaleza, el cielo guatemalteco y los dos mares citados que bañan las costas del este y oeste del país, respectivamente, al igual que las de Centroamérica.


El diseño está basado en la bandera de las Provincias Unidas del Centro de América que a su vez se basaba en la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata actual Argentina, aunque en esta última las franjas son horizontales, y las franjas exteriores son azules, no celestes. Las banderas de los otros países que conformaron las Provincias Unidas del Centro de América siguen este patrón.

Guatemala, como parte de las Provincias Unidas del Centro de América, adoptó la bandera y el escudo de armas aprobados por la Asamblea Nacional Constituyente de Centroamérica, según decreto n.º 29 del 21 de agosto de 1823. La Bandera de las Provincias Unidas del Centro de América constaba de tres franjas horizontales: azules la superior e inferior y blanca la del centro.

Artículo 4º, decreto n.º 29: El pabellón nacional para los puertos y para toda clase de buques pertenecientes a este nuevo estado constará de tres fajas horizontales, azules la superior e inferior, y blanca la del centro en la cual irá dibujado el escudo que designa el artículo 1º. En los gallardetes las fajas se colocarán perpendicularmente por el orden expresado. Del mismo pabellón usarán los enviados de este gobierno a las naciones extranjeras. En los buques mercantes las banderas y gallardetes no llevarán escudo, y en la faja del centro se escribirá con letras de plata: DIOS, UNIÓN, LIBERTAD.

Artículo 5º Las banderas y estandartes de los cuerpos militares así vivos, así como de milicia provincial mientras esta subsista, se arreglarán a lo dispuesto en el artículo anterior: Sus fajas serán siempre horizontales, en la superior las palabras: DIOS, UNIÓN, LIBERTAD, y en la inferior la clase y número de cada cuerpo. En las de infantería ambas inscripciones serán con letras de oro, y en los de caballería con letras de plata.

Artículo 6º Los cuerpos de fuerza cívica dispondrán sus banderas y estandartes con arreglo a lo prevenido en el artículo setenta de la ley de diez y ocho del corriente.

Artículo 7º Al comunicarle este decreto al gobierno se le acompañarán diseños del blasón y pabellón nacionales para la más fácil inteligencia de cuanto queda prevenido: Comuníquese al Supremo Poder Ejecutivo para su cumplimiento, y que lo haga imprimir, publicar y circular.

El 20 de enero de 1825 Guatemala adoptó por el Decreto Legislativo No. 30 su propio escudo estatal. Era de tres franjas horizontales, azules la superior e inferior, y blanca la central en cuyo centro estaba el escudo de armas que tenía arriba una aljaba, apoyada sobre tierra (en la que habían varios trofeos y la bandera nacional), llena de flechas azules y blancas (las cuales tiene el Escudo de Honduras), encima de un círculo. En la parte de arriba del escudo hay dos cuernos de la abundancia uno a cada lado; dentro del círculo hay un triángulo equilátero, el del escudo de las Provincias Unidas del Centro de América.

Este es su texto concerniente al escudo dice:
  1. El escudo de armas del estado es el mismo que para toda la República de Centro América adoptó la Asamblea Nacional Constituyente en su decreto del 21 de agosto de 1823.
  2. El particular del estado se distingue solamente en que aquel escudo está fijo sobre una grande aljaba, cuya extremidad superior aparece sobre el círculo coronándose las flechas azules y blancas colocadas en ella; la parte inferior de la aljaba está apoyada en una porción de tierra en que hay varios trofeos; y entre ellos la bandera que designa los colores del pabellón nacional. De los anillos de la parte superior de la aljaba y descansando sobre el escudo circular penden dos cuernos que derraman la abundancia; de la inferior suben dos palmas que cierran el círculo; y una flecha y un arco cruzan la base y el triángulo que está en el centro del escudo En torno del círculo se lee en letras de oro “Estado de Guatemala en la Federación del Centro”. Todo con la forma y colores del diseño que se acompaña.
  3. El sello de la Asamblea de Gobierno, el del Consejo representativo, corte superior y tribunales de justicia, y corporaciones que deben usarlo, se arreglarán al mismo diseño; y se colocará el propio escudo en todas las oficinas y puestos públicos del Estado.
  4. También se usará de él en las banderas y estandartes de los cuerpos de la fuerza pública del Estado cualesquiera que sea su clase.

El 31 de diciembre de 1842 el gobierno propuso variar el escudo de armas debido a que carecía de razones estéticas y contenía elementos decorativos que aparecían en los escudos de otros países. La propuesta fue sometida a un análisis exhaustivo por una comisión nombrada por el Ministerio de Gobernación, los que emitieron un dictamen favorable a lo solicitado por el Poder Ejecutivo.

El 14 de noviembre de 1843 se emitió el siguiente decreto legislativo que creó la bandera y escudo del país. Nos concretamos a citar del mismo lo concerniente a dicha reforma: Art. Único. Las armas del Estado serán las que Centro América, ha usado en el anverso de su moneda, pero dispuestas de manera que el sol y los volcanes queden colocados en el centro de de un escudo cuya leyenda será: Guatemala en Centro América. 15 de septiembre de 1821; llevando en el carcaj una corona de olivo. Pase al Gobierno para su publicación y cumplimiento. Dado en el salón de sesiones: Guatemala, veinte y seis de octubre de 1843. En la Gaceta de Guatemala No. 134 del 5 de diciembre de 1843, páginas 543-544 leemos que En la modificación del escudo de armas aparece por primera vez la divisa “Guatemala en Centro América. 15 de septiembre de 1821” y desaparece “Estado de Guatemala en la Federación del Centro”.

Hasta 1851 se continuó usando la bandera azul y blanco de la Federación Centroamericana, año en que sufrió por primera vez una total modificación. Siendo Presidente de la República don Mariano Paredes, el 14 de marzo de 1851 se emitió el siguiente decreto ejecutivo, publicado en La Gaceta de Guatemala No. 39, Tomo V, del viernes 21 del mismo mes y año, creando los nuevos símbolos patrios.

En su inicio señala que “el Presidente de la República de Guatemala en atención a que desde que Guatemala se proclamó república independiente y soberana, ha debido adoptarse un pabellón particular que la distinga de las demás potencias, como también las otras señales que se usan y acostumbran en todas partes con aquel objeto; Siendo conforme al sentimiento público el conservar aquellos colores establecidos desde antes de la declaratoria de independencia, como asimismo los que se adoptaron con posteridad a aquel suceso; Considerando todo detenidamente, y con presencia del Decreto expedido por la Asamblea Constituyente estableciendo el escudo de armas, que debe conservarse tal como hoy existe…”.

El documento mencionado DECRETA lo siguiente:
  1. “Los colores nacionales serán el azul, el blanco, el amarillo y el encarnado, dispuestos en la forma que manifiesta el diseño que acompaña a este decreto.
  2. El pabellón nacional llevará el escudo de armas de la República en el lugar que indica el mismo diseño
  3. El pabellón mercante será el mismo; pero si el escudo.
  4. El gallardete será de color rojo en caso de guerra, negro en ocasión de duelo blanco en señal de paz, o de cualquiera otro motivo de regocijo.
  5. La cucarda llevará los mismos colores nacionales, conforme al diseño.
  6. Las ciudades y corporaciones que tengan escudo de armas propios, usarán de él, colocando en el lugar destinado el escudo de la República”. El presidente Mariano Paredes aseguraba públicamente que al conservar los colores amarillo y rojo usados durante la colonia, se interpretaba el sentimiento popular. Don Lucas Paredes contradecía lo anterior afirmando que: “la bandera acordada no armonizaba las verdaderas aspiraciones de la nueva república”.

Siendo presidente el general Rafael Carrera se emitió el siguiente decreto ejecutivo, del 31 de mayo de 1858, creando otra bandera y otro escudo nacionales cambiando las armas de la República y la colocación de los colores en el pabellón. Leemos en el mismo lo siguiente: “Artículo 1º: Las armas de la república serán en lo sucesivo un escudo dividido transversalmente en dos cuarteles; el superior en el campo raso azul con barras verticales de plata, y el inferior con tres volcanes sobre campo celeste claro. Sobre el escudo irá un sol y a cada uno de sus lados dos pabellones con los colores nacionales desplegados y recogidos los extremos hacia abajo, anudados en las astas. A la derecha del escudo irá una rama de encino, y a la izquierda otra de laurel. En una cinta blanca ondeante enlazada con los pabellones, irá la siguiente leyenda en letras de oro: GUATIMALAE RESPÚBLICA SUB DEI OPTIM MÁXIMO PROTECTIONE”.

El Decreto de Rafael Carrera ordena en su Artículo 2º que “se conservarán en el pabellón los colores rojo, amarillo, azul y blanco, distribuidos en siete fajas horizontales, las dos de los extremos de azul; blancas las inmediatas; rojas las siguientes y amarilla la del centro, sobre la cual irán las armas. Durante 13 años estuvieron vigentes dichos emblemas, hasta el triunfo de la Revolución Liberal del 30 de junio de 1871 al frente de los generales Justo Rufino Barrios y Miguel García Granados. Las modificaciones presentadas en los símbolos patrios tienen influencia española y de la Iglesia Católica, sin embargo se han considerado desde el punto de vista heráldico como los mejores. El 17 de agosto de 1871, siendo Presidente de la República el general Miguel García Granados, se mediante Decreto Ejecutivo No. 12 se creó la actual bandera guatemalteca. En el mismo se asegura que se “impone el deber de adoptar un nuevo pabellón que esté en mejor armonía con las leyes fundamentales que establecen la independencia absoluta de la República. Que este requisito se cumple restableciendo los colores fijados en el Decreto de la Asamblea Nacional Constituyente de 21 de agosto de 1823”.

Por lo tanto el DECRETO considera los siguientes puntos: “Artículo 1. Los colores nacionales serán el azul y el blanco, dispuestos en tres fajas verticales, quedando la blanca en el centro. Artículo 2. El Pabellón Nacional llevará sobre la faja blanca el Escudo de Armas de la República. Artículo 3. El pabellón mercante será el mismo, pero sin Escudo. Artículo 4. La cucarda llevará los mismos colores nacionales dispuestos en la misma forma”. Tres meses después, el 18 de noviembre del mismo año, el mismo gobierno aprobó el Decreto n.º 33 que adoptó el actual Escudo Nacional justificando al principio que el escudo debe cambiarse porque debe “estar en armonía el Escudo de Armas de la República con los principios políticos que ha proclamado la Nación”.

El Artículo único del decreto de Miguel García Granados que crea el escudo actual de la República de Guatemala dice textualmente lo siguiente: “Las armas de la República serán: un escudo con dos rifles y dos espadas enlazadas con dos ramas de laurel, en cada campo celeste claro. El centro será cubierto con un pergamino, que contendrá la siguiente leyenda en letras de oro: Libertad 15 de septiembre de 1821; figurando en la parte superior un quetzal como símbolo de la independencia y autonomía de la nación”.

El 12 de septiembre de 1968, siendo Presidente de la República don Julio César Méndez Montenegro, se emitió el siguiente Acuerdo Gubernativo: “Artículo 1. La bandera de Guatemala es la insignia suprema de la Patria. Lleva en su centro el escudo de armas de la República, de conformidad con lo estipulado en los Decretos números 12 y 33 de 10 de agosto y 18 de noviembre de 1871. Artículo 2. La bandera no ostenta ninguna leyenda o inscripción adicional salvo en los casos específicos previstos por los reglamentos militares. Artículo 3. Los colores de la bandera serán el azul y el blanco, dispuestos en tres franjas verticales del mismo ancho: dos azules los extremos y una blanca en medio. La franja blanca lleva en su centro el escudo de armas de la República, en dimensiones proporcionales a las de la Insignia Patria; la bandera mercante será la misma, pero sin escudo. El color azul que expresa justicia y lealtad corresponde al azul del cielo de Guatemala. El color blanco, que simboliza pureza e integridad. Artículo 4. La forma de la bandera es un rectángulo con las dimensiones proporcionales, vertical y horizontal, de 5 a 8 respectivamente. La relación de 5 a 8 corresponde a la regla de oro de la proporción estética”.

Artículo 11: “La bandera de Guatemala, como máximo emblema de la Patria, no saluda ni rinde honores”. En cuanto a la Codificación utilizada en los elementos de la Bandera y el Escudo el Artículo 14 dice: “La nomenclatura empleada en este reglamento corresponde a la de la Sociedad Internacional del Consejo del Color (ISCC), conjuntamente con la Oficina Nacional de Normas de los Estados Unidos de Norteamérica (NBS), así como a la del Sistema Internacional de Designación de Colores de la Casa “Munsel Color Company”.


martes, 20 de agosto de 2013

TORRE EN QUICHE



POR JOSE HUMBERTO BATZ RAMIREZ. Por ciento diecinueve años la monumental e histórica Torre de Piedra de Santa Cruz del Quiché, ha sido mudo testigo de muchos acontecimientos acaecidos en ésta cabecera municipal, también ha sido motivo de inspiración para poetas y escritores, ha visto pasar varias generaciones y se ha convertido en un símbolo representativo de esta tierra añorada por muchos quichelenses ausentes. Esta torre es un símbolo arquitectónico y místico para los habitantes del departamento. Un ambiente muy sano, limpio y acogedor se respira al estar en el centro de la Ciudad de Santa Cruz del Quiché, y no es para menos con semejante paisaje que forma la Centenaria Torre de Piedra y la Iglesia Catedral, como así también el armonioso diseño de los 3 parques que adornan incomparablemente a la "Ciudad de los Eternos Celajes.

Los datos históricos a los que tuvimos acceso indican que la construcción de la Torre, estuvo dirigida por el maestro constructor Vicente Ávila y fue inaugurada con motivo del segundo aniversario de la toma de posesión del presidente José María Reina Barrios, el 15 de marzo de 1894 cuando el reloj de la Torre marcaba exactamente las 12 del medio día.

Como dato curioso cabe mencionar que muchas personas afirmar que este Monumento Nacional fue construido con piedras extraídas de las Ruinas de Gumarcahaj, antiguo Reino Quiché, otros coinciden en afirmar que las piedras fueron extraídas de una cantera que existió en el caserío de Xesic de este municipio, la realidad no se sabe, pero lo cierto es, que este conjunto de piedras, extraídas de cualquier lugar, colocadas en armonía y dedicación, dieron origen a la Monumental Torre de Piedra de Santa Cruz del Quiché.

Este Monumento fue construido en el Centro Histórico de la ciudad de Santa Cruz del Quiché, uno de los pocos vestigios que aún quedan, con el avance moderno de la ciudad se han perdido muchas construcciones antiguas de la otrora ciudad colonial. La Torre de Piedra fue construida en el centro del edificio de gobierno de aquel entonces, hoy alberga las oficinas administrativas de la Gobernación Departamental, que está a cargo de este edificio declarado Monumento Nacional por el Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.

Históricos datos contienen los escudos que están colocados a los lados de la torre, desde donde se origina que la Torre de Piedra fue construida por la Junta de Fomento de ese entonces, la construcción duró ocho años de 1886 a 1894 y fue inaugurada el 15 de Marzo de 1894.

El Edificio de la Torre de Piedra consta de Seis niveles, desde la entrada con gradas de piedra hasta la cúspide que contiene las campanas del reloj, este reloj es de origen Suizo, fue traído desde Europa y está funcionando hasta el fecha en el quinto piso de la torre, tiene cuatro lados o caras, que dan la hora exacta al sonido de las campanas, el mecanismo automático del reloj, hace sonar las campana a la hora en punto. El Señor Julio Garzona es el encargado de darle mantenimiento al reloj y procura mantenerlo funcionando, a cierto tiempo se le da cuerda manualmente para que se mantenga funcionando. Con mucha nostalgia se recuerda a los señores Francisco Echeverría y Angel Garzona que por muchos años fueron los fieles guardianes del Reloj ayudados por algunas firmas patrocinadoras.

lunes, 12 de agosto de 2013

HOLMUL





POR CESAR CHUPINA. Holmul es un yacimiento arqueológico maya precolombino, localizado en el noreste de la región del Petén, en Guatemala, cerca de la frontera con Belice. El sitio fue visitado con propósitos arqueológicos por primera vez en 1911 -a partir de un reporte generado anteriormente por el antropólogo estadounidense Alfred M. Tozzer que visitó el lugar y lo documentó en 1904-1905-, por un equipo de la Universidad de Harvard, conducido por el arqueólogo Raymond Merwin.

El trabajo original de este equipo produjo la primera estratigrafía a partir de una secuencia de cerámica para un sitio maya en la región. El trabajo fue más tarde continuado por el arqueólogo George Vaillant. Sin embargo, el resultado de la expedición que se hizo para el Museo Peabody de Arqueología y Etnología, no se publicó sino veinte años más tarde y subsecuentemente el lugar no fue sujeto a más investigaciones por un largo tiempo. 

Las excavaciones e investigación se reanudaron en Holmul hasta el año 2000, cuando un grupo de arqueólogos de la Universidad de Boston, organizado por el Dr. Francisco Estrada Belli, volvió a explorar el sitio. Poco tiempo después de este reinicio, el proyecto recibió fondos de la Universidad de Vanderbilt, hasta el 2008, cuando la Universidad de Boston proveyó de recursos nuevamente y se hizo cargo de la exploración. Holmul, como ciudad maya, inició su existencia hacia el año 800 a de C., y fue abandonada 1100 años después, hacia 900 d de C., en la época del colapso de la civilización maya a fines del periodo clásico. Esta cronología hace de la ciudad de Holmul una de las ciudades mayas más longevas desde el ángulo de su ocupación.

Holmul alcanzó su apogeo entre los años 750 y el 900 d. de C., época durante la cual pudo haber tenido considerable influencia en otras poblaciones de la región del Petén. La región de influencia de Holmul es normalmente conocida como el Dominio de Holmul. Un sitio arqueológico cercano a Holmul, llamado La Sufricaya, contiene murales pintados que sugieren un cierto nivel de influencia foránea en el Dominio de Holmul. Esta influencia pudo haberse dado por gente de Teotihuacan o de Tikal. 

El primer caso plantea una hipótesis que pudiera significar implicaciones en el conocimiento de las relaciones entre el mundo maya y los teotihuacanos, especialmente entre los años 300 y 550 d. de C. En virtud de que Holmul fue una de las ciudades mayas abandonadas más tarde, los arqueólogos están interesados en el estudio de los muros periféricos del sitio construidos en los últimos años de habitación de la ciudad. Estos muros también existen en Cival, otra de las ciudades pertenecientes al Domino de Holmul, y podrían sugerir la posibilidad de un asedio final cercano al momento del colapso de las dos ciudades. Las implicaciones reales de esto, se ignoran aún.

El río Holmul se encuentra en el noreste de Guatemala, y fluye a lo largo de la región del Petén hacia la frontera con Belice. Un número importante de yacimientos arqueológicos mayas precolombinos están ubicados en el curso del río tales como Tikal, Nakum, Holmul, El Naranjo, Yaxhá y Witzná. El río Holmul transcurre por una extensión de 120 km, desde la serranía al norte del lago Macanché, donde se origina, hasta la frontera de Guatemala con Belice, en donde cambia de nombre y se le conoce como río Bravo, que finalmente desemboca en el mar Caribe.

Durante el mes de julio 2013, en Holmul, un yacimiento arqueológico maya precolombino, localizado en el noreste de la región del Petén, se dio a luz una pirámide maya del año 600, ricamente decorada con imágenes de dioses y gobernantes y una larga inscripción dedicatoria. El hallazgo fue realizado por el arqueólogo Francisco Estrada-Belli y su equipo, durante la búsqueda de indicios relativos a una tumba encontrada en la temporada anterior. Las investigaciones actuales fueron llevadas a cabo con el aval del Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala y financiadas con fondos de la fundación guatemalteca PACUNAM y las fundaciones estadounidenses Alphawood, Maya Archaeology Initiative, National Geographic Society y el aval académico de la Universidad de Boston.

El entierro contenía los restos de un individuo acompañado por 28 vasijas cerámicas y una máscara de madera, lo cual llevó a pensar que pudo haber sido un gobernante o miembro de la elite de esta ciudad; sin embargo, indicios relativos a su identidad y las circunstancias históricas en las cuales vivió fueron proporcionados por el reciente descubrimiento del friso decorativo en el edificio asociado a la tumba.

El friso o relieve estucado se extiende por 8 metros de largo y 2 metros de alto en la parte superior del edificio rectangular a unos 10 metros arriba de la plaza. La composición incluye tres personajes principales vistiendo ricos atavíos de plumas de quetzal y jade, sentados sobre cabezas de monstruos witz (cerro). El personaje central se identifica como Och Chan Yopaat por los signos jeroglíficos en su tocado y en el texto debajo de su imagen. Desde la boca del monstruo central se desprenden serpientes emplumadas de las cuales emergen los ancestros y cerros laterales. Entre ellos están las figuras de dos dioses ancianos, otorgándole al personaje central un objeto identificado por un signo jeroglífico como “primer tamal”. Arriba de los personajes corre una banda de símbolos astrales conocida como ‘banda celestial’ que indica que las figuras representadas se encuentran en el mundo celestial de dioses y ancestros.

El Friso de Holmul representa la imagen de dioses y gobernantes divinizados y da sus nombres. El texto dedicatorio abre una ventana sobre una fase muy importante en la historia de la época Clásica, comparte el investigador. La inscripción se compone de unos 30 signos jeroglíficos en una banda que corre en la base de todo el relieve. El texto, de difícil lectura por su antigüedad, fue descifrado por Alex Tokovinine epigrafista de la Universidad de Harvard y colaborador de este proyecto de investigación. Tokovinine afirma que el edificio fue dedicado por Ajwosaj, rey de la vecina ciudad de Naranjo y vasallo del poderoso Reino Kan. Además, se afirma en la inscripción que Ajwosaj “puso en orden” una serie de dioses locales y un posible gobernante local, llamado Och Chan Yopaat, “el rayo entró al cielo”. 

Este texto afirma muy claramente algo que antes solamente podíamos suponer. Se sabía que Holmul en el siglo quinto tuvo relación con Tikal junto a la llegada de guerreros teotihacanos al área maya. Sucesivamente, suponíamos que Holmul había entrado en la esfera de influencia de Naranjo, la cual había sido involucrada en guerras y alianzas en contra de Tikal, encabezadas por el Reino Kan. Pues ahora este texto, nos cuenta de una forma muy explícita que Naranjo intervino de una forma directa para establecer una dinastía más aliada al Reino Kan en un centro como Holmul, tan cercano a Tikal (35 km) durante la fase inicial de la época de conflictos con Tikal, en el sexto y séptimo siglo de nuestra era. En el lugar ya se había encontrado el entierro de un individuo acompañado por 28 vasijas cerámicas y una máscara de madera. Sin embargo, los indicios relativos a su identidad de gobernante, así como las circunstancias históricas en las cuales vivió, fueron obtenidos tras el último descubrimiento aquí comentado.

Francisco Estrada-Belli es un arqueólogo guatemalteco, doctor de arqueología de la Universidad de Boston, actualmente afiliado como docente de la Universidad de Tulane y como investigador en la Universidad de Boston y en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, EEUU. Desde el año 2000 dirige el Proyecto Arqueológico Holmul que reúne un equipo de profesionales y estudiantes de arqueología y disciplinas afiliadas como la biología, ecología y geología. Es autor de numeras publicaciones científicas sobre la cultura maya y del libro “First Maya Civilization: Ritual and Power before the Classic Period” (Routledge, Londres, 2010). En 2011 fue nombrado Explorador oficial por la National Geographic Society.

Además de sus actividades como investigador y docente académico, el Dr. Estrada-Belli se dedica a preservar y difundir el conocimiento de la cultura maya en el mundo a través de publicaciones multilingüe para niños, a través de la organización sin fines de lucro Maya Archaeology Initiative de la cual es cofundador. Según publicaciones de los medios de comunicación escritos de Guatemala, Belli explicó que encontró, junto a un equipo multidisciplinario de investigadores, una pirámide que data del año 600 dC, decorada con imágenes de dioses y gobernantes, así como una larga inscripción que revela su contraposición a Tikal, capital de uno de los reinos más poderosos de los antiguos mayas. El arqueólogo explicó que aproximadamente en 1910 se encontró Holmul, sin que nunca se realizaran estudios profundos del lugar. Fue en 2000 cuando decidió liderar, cautivado en primera instancia por indicios relativos a una tumba, un proyecto de investigación.

En Internet podemos encontrar el documento presentado por los profesionales Francisco Estrada Belli, Judith Valle, Chris Hewitson, Marc Wolf, Jeremy Bauer, Molly Morgan, Juan Carlos Pérez, James Doyle, Edy Barrios, Ángel Chávez y Nina Neivens en el XVII Simposio de Investigaciones  Arqueológicas en Guatemala, 2003. El mismo se titula “Teledetección, patrón de asentamiento e historia en Holmul, Petén”. ENLACE AQUI

Interesante porque no solo nos habla de Holmul y su importancia Arqueológica sino evidencia la tecnología con la cual se trabaja actualmente para legar al patrimonio mundial en general y de Guatemala en particular legados como el descubrimiento monumental que aquí hemos comentado. El Proyecto Arqueológico Holmul es un proyecto de enfoque regional que pretende contribuir a un mayor entendimiento sobre el desarrollo de las instituciones estatales de la sociedad Maya antigua, a  través del estudio del desarrollo histórico y la organización espacial de la ciudad de Holmul y de sus  áreas poblacionales.

La importancia de Holmul se debe a las excavaciones de Raymond Merwin en  1911, las primeras llevadas a cabo con métodos científicos en el área Maya, que demostraron un  desarrollo de arquitectura ceremonial sin interrupción desde el Preclásico hasta el Clásico Terminal  Un componente muy interesante de la secuencia de Holmul es el componente  Protoclásico, el cual merece mayor estudio, definiéndose por dos tumbas en el Grupo II y una cantidad  pequeña y muy discutida por los especialistas de hallazgos en un área entre Belice y el noreste de Petén  Las tumbas Protoclásicas de Holmul sugieren un inicio precoz de la actividad dinástica en  Holmul, en una época al menos 200 años antes que las primeras inscripciones de las Tierras Bajas. Así, un estudio del área ceremonial de Holmul puede aclarar las pautas de desarrollo de instituciones de poder desde la época Preclásica al Clásico Temprano. 

jueves, 1 de agosto de 2013

TOTONICAPAN


DE NUESTRA REDACCIÓN  El Departamento de Totonicapán se encuentra situado en la región Sur-Occidental de Guatemala. Limita al Norte con el departamento de Huehuetenango; al Sur con el departamento de Sololá; al Este con el departamento de Quiché; y al Oeste con el departamento de Quetzaltenango. La cabecera departamental se encuentra a una distancia de 203 kilómetros aproximadamente, de la ciudad capital.

Este departamento se encuentra conformado por los siguientes municipios:

  1. Totonicapán
  2. Momostenango
  3. San Andrés Xecul
  4. San Bartolo
  5. San Cristóbal Totonicapán
  6. San Francisco El Alto
  7. Santa Lucía La Reforma
  8. Santa María Chiquimula

Su principal vía de comunicación es la carretera Interamericana CA-1 que proviene de Sololá, así como las rutas nacionales 1 y 9. Según datos obtenidos en la Dirección General de Caminos, hasta 1997, este departamento cuenta con 92 km de asfalto, 142 km de terracería, y 353 km de caminos rurales.

Su profunda religiosidad se observa no sólo en las manifestaciones espirituales propiamente dichas, sino en el liderazgo de los guías de la comunidad (sacerdotes mayas) que conocen el lenguaje del copal y las hierbas sacras, y ejercen una influencia significativa dentro de la comunidad.

La fiesta se celebra en la cabecera departamental que es a la cabecera municipal, en honor al santo patrono San Miguel Arcángel en el mes de septiembre, siendo el 29 el día principal.

En el aspecto folclórico, en Totonicapán se presentan varios bailes típicos como: la conquista, el torito, el venado, los enmascarados, gracejos, los vaqueros, los xacaljotes, los pascarines, los moros y cristianos, y otros. Algo importante es la celebración del Wakxaquib Batz, del cual se hace especial mención en el municipio de Momostenango.

Las religiones actuales en esta región tienen influencia de las culturas originarias conocidas como Mayas, y las religiones extranjeras Cristiana evangélica y Católica romana
El idioma indígena predominante en todo el departamento de Totonicapán es el Quiché, pero muchos también hablan el español, especialmente los hombres. Los idiomas que se usan también son el kakchiquel, el mam y otros más.

Totonicapán es reconocido porque cuenta con atractivos naturales como los baños de aguas termales y los riscos de Momostenango, el cual por su característica especial, fue declarado parque nacional.

Un lugar con Exuberante belleza natural y que recientemente fue inaugurado en el paraje Chuipachec a 5 km del Departamento, (Salida antigua Carretera al Quiche) es el "Sendero Ecológico El APRISCO" que ofrece un recorrido y contacto directo con la naturaleza, con la Flora y la fauna del lugar, resalta la importancia del cuidado y conservación de nuestro entorno natural.

Otro de los atractivos para los visitantes, es la Iglesia ubicada en San Andrés Xecul, de estilo arquitectónico barroco popular, la cual fue construida en la primera mitad del siglo XVII y que entrelaza en su fachada especialmente, la cultura indígena con la criolla en más de 250 figuras.

Totonicapán proviene del náhuatl Atotonilco, totonilco que significa "en el lugar del agua caliente". La antigua Totonicapán, fue la segunda provincia en importancia del señorío Quiché gobernado desde Q'umarkaj (Utatlán). Fue fundada en las fértiles planicies de Patzac. Se cree que la antigua población se llamó Otzoyá, que quiere decir lugar de los Pescaditos, sin embargo no se ha encontrado vestigios de la misma.

Después de cierto tiempo dejaron este lugar y se asentaron en el llamado Chuimequená (lugar del agua caliente), que es el nombre con el que aún se le conoce entre los indígenas. Posteriormente se trasladó al lugar donde se encuentra actualmente, muy cerca del antiguo Chuimequená.

Fue creado por decreto No. 72 del 12 de agosto de 1872 y el 15 de febrero de 1838 formó parte del Estado de Los Altos o Sexto Estado, hasta el 8 de mayo de 1849 cuando se reincorporó al Estado de Guatemala.

En su territorio, durante la época colonial, estallaron los motines de indígenas más trascendentales del Reino de Guatemala. Un suceso que es necesario mencionar es que en julio de 1820, estalló entre los indígenas de Totonicapán, participando los municipios de Momostenango, Santa María Chiquimula, San Francisco El Alto, San Andrés Xecul,San Bartolo Aguas calientes, San Cristóbal Totonicapán y la propia cabecera, una sublevación en la que desconocieron a las autoridades españolas, la cual fue encabezada por Atanasio Tzul y Lucas Aguilar, coronando a Tzul como rey de los Quichés. Desde entonces se reconoce a la cabecera como Ciudad Prócer.

Esta sublevación se atribuye especialmente a la imposición de los Reales Atributos, donde Atanasio Tzul se puso la corona del señor San José y a su mujer, Felipa Soc, le puso la corona de Santa Cecilia. El Reinado de Tzul duró solamente 29 días, que fueron de zozobra para los ladinos, a quienes amenazó con darles muerte.

A principios del siglo XIX, Totonicapán formó parte de la provincia del mismo nombre o también llamada Huehuetenango.

En 1821 con la independencia y la anexión a México, se dividió el territorio en 3 comandancias generales, siendo una de ellas la de Chiapas, a la cual pertenecía la Alcaldía Mayor de Totonicapan.

Cuenta con una extensión territorial de 1,061 kilómetros cuadrados. El monumento de elevación se encuentra en la cabecera departamental, a una altura de 2,495.30 metros sobre el nivel del mar. Esta cabecera se encuentra a una distancia de 203 kilómetros aproximadamente, de la ciudad capital.

Totonicapán es irrigado por la vertiente de varios ríos, entre estos podemos mencionar al Pachac, Las Palmeras, Sajcocolaj, Patzotzil, Huacol y Pajá, y el río Samalá que es el más importante.

Este departamento se encuentra situado en el altiplano occidental, y lo atraviesan ramificaciones de la Sierra Madre. En el se pueden apreciar además, las montañas Cuxniquel, Campanabaj y otras.

Este departamento posee extensiones frías y solamente en municipios como Santa María Chiquimula y Momostenango tienen pequeños sectores templados. Cabe mencionar que en Totonicapán se forman vientos y neblinas que forman en determinados días, una especie de llovizna que localmente se conoce como "Salud del Pueblo", poseyendo en general un clima agradable y grato.

A pesar de ser un departamento que se encuentra en el altiplano occidental del país, en Totonicapán pueden apreciarse dos zonas topográficas: Bosque Muy Húmedo Montano Bajo Subtropical  y Bosque Muy Húmedo Montano Subtropical .
En Totonicapán se encuentran las áreas protegidas: Parque Nacional Riscos de Momostenango con 240 ha, la cual es administrada por CONAP, y la Reserva Biológica del Volcán Cuxliquel, con una superficie aún no definida, la cual también es administrada por CONAP. Además existe el parque Ecológico llamada el Aprisco, administrado por autoridades Municipales y Comunales.

En Totonicapán, se pueden encontrar en gran parte de su territorio, rocas volcánicas sin dividir. Predominantemente Mio-Plioceno, incluye tobas, coladas de lava, material laharico, y sedimentos volcánicos, del período terciario (Tv). Así mismo también se encuentra un área del período cuaternario, donde predominan los rellenos y cubiertas gruesas de ceniza y pómez de origen diverso (Qp).

En el departamento de Totonicapán por el clima frío que predomina, siembran gran diversidad de cultivos anuales, permanentes o semipermanentes, encontrándose entre estos los cereales como el trigo, granos básicos como el maíz y el frijol, hortalizas, árboles frutales, etc.. Además por las cualidades con que cuenta el departamento, algunos de sus habitantes se dedican a la crianza de varias clases de ganado destacándose el ovino, entre otros; dedicando parte de estas tierras para el cultivo de diversos pastos que sirven de alimento a los mismos. La existencia de bosques, ya sean estos naturales, de manejo integrado, mixtos, etc., compuestos de variadas especies como bosques densos y dispersos de coníferas como el pinabete blanco y rojo, que en la actualidad se encuentran en peligro de extinción por la tala inmoderada y la falta de control de sus cortes.

La capacidad productiva de la tierra se define a través de las distintas prácticas agrícolas, pecuarias, forestales, análisis de laboratorio, topografía del terreno, profundidad, rocosidad, etc., determinando de esta manera la forma más apta en que se puede aprovechar un área de terreno. A través de estas formas o prácticas, se han clasificado los niveles de productividad de la tierra, siendo para Guatemala 8 los niveles de clasificación. En Totonicapán predominan 3 niveles

Totonicapán es uno de los principales productores de artesanías populares, las cuales tienen gran demanda por su variedad y calidad. Es famoso por sus tejidos, entre ellos, los ponchos de Momostenango, los trabajos en cerámica mayólica, tradicional, vidriada y pintada; y la elaboración de productos en madera.

Este departamento posee una amplia producción de hilo jaspeado que se comercializa en el resto del país, así como la elaboración de cajitas pintadas con colores brillantes, empleadas para envasar dulces.

Se dedican al cultivo de diversos productos como maíz, frijol, avena, trigo, cebada y frutas como manzanas, ciruelas y granadillas. Además existen grandes extensiones de bosques de pinabete blanco y rojo, pero se están extinguiendo debido a la tala inmoderada de árboles y a la falta de control en su corte.

Por encontrarse en una región montañosa, en varias laderas empinadas, especialmente del municipio de Totonicapán y cercanas a la cabecera, desde hace años se ha introducido el cultivo en curvas de nivel, especialmente con el trigo.

La producción pecuaria que posee este departamento, se basa en grandes rebaños de ovejas de donde se obtiene la lana que se utiliza para la elaboración de tejidos.